domingo, 12 de octubre de 2008

Tenemos Nueva Santa: Santa Narcisa de Jesus


El Papa canoniza a Narcisa de Jesús y tres nuevos santos para la Iglesia

Ante más de 40.000 peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI canonizó a la nueva santa ecuatoriana Narcisa de Jesús Martillo Morán junto a Gaetano Enrico, María Bernarda Bütler y la primera santa de la India, Alfonsa de la Inmaculada Concepción.
“La liturgia nos presenta a los nuevos santos con la imagen evangélica de los enviados que toman parte en el banquete, vestidos con los trajes nupciales”, dijo el Pontífice durante la homilía; destacando luego gracias al Misterio pascual "el superpoder del mal ha sido vencido por la omnipotencia del amor de Dios".

"El Señor resucitado puede invitar a todos al banquete de la alegría pascual, dándoles, Él mismo a los comensales, el traje nupcial símbolo del don gratuito de la gracia santificante". “En el bautismo –prosiguió el Pontífice- recibieron el vestido nupcial de la gracia divina, lo han conservado puro o lo han purificado en el curso de sus vidas haciendo que resplandeciera mediante los Sacramentos. Ahora toman parte en el banquete nupcial de Cielo”.

El Pontífice se refirió a la “Niña Narcisa” como la llamaban en Guayaquil, denotando "la espontánea identificación del pueblo sencillo con la joven mujer de la costa ecuatoriana".

"El ejemplo de su vida pura y piadosa, trabajadora y apostólica transmite un mensaje muy actual", agregó

El Santo Padre subrayó luego que "la joven laica ecuatoriana Narcisa de Jesús Martillo Morán nos ofrece un ejemplo acabado de respuesta pronta y generosa a la invitación que el Señor nos hace a participar de su amor. Ya desde una edad muy temprana, al recibir el sacramento de la Confirmación, sintió clara en su corazón la llamada a vivir una vida de santidad y de entrega a Dios”.

“Santa Narcisa de Jesús nos muestra un camino de perfección cristiana asequible a todos los fieles", dijo Benedicto XVI, y explicó que "a pesar de las abundantes y extraordinarias gracias recibidas, su existencia transcurrió con gran sencillez, dedicada a su trabajo como costurera y a su apostolado como catequista. En su amor apasionado a Jesús, que la llevó a emprender un camino de intensa oración y mortificación, y a identificarse cada vez más con el misterio de la Cruz, nos ofrece un testimonio atrayente y un ejemplo acabado de una vida totalmente dedicada a Dios y a los hermanos”.

El Pontífice concluyó destacando que "Jesús nos invita a cada uno de nosotros a seguirlo como estos santos en el camino de la Cruz para tener después en herencia la vida eterna, de la cual, ellos muriendo, nos han hecho don".


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