Campaña de Solidaridad Humana MUNERA 2009
Solidaridad con las escuelas necesitadas de la Frontera Norte
Ayer miércoles de ceniza, comenzó la campaña Cuaresmal de Solidaridad MUNERA, que la Iglesia en el Ecuador realiza desde 1976.
Este año la Campaña Múnera estará destinada a las escuelas pobres de la frontera norte, para mejorar su infraestructura, promover la calidad de los medios e insumos educativos, respaldar la cualificación y el trabajo diario de los maestros. Esto constituirá un respaldo al trabajo pastoral y educativo que durante varios años lleva adelante la Iglesia en esa zona.
Aunque MUNERA sea sola una gota de agua en medio de un océano de necesidades, es un esfuerzo de la Iglesia en el Ecuador para motivar a la solidaridad a todos los fieles a imitación de Cristo que dio su propia vida para que nosotros tuviéramos vida en abundancia. Es también una ocasión propicia para poner por obra el amor al prójimo.
Cuaresma es camino de conversión y San Pablo es ejemplo de ésta, precisa el Papa
Al presidir la Eucaristía este miércoles de Ceniza en la Basílica de Santa Sabina en Roma, el Papa Benedicto XVI recordó que la Cuaresma que se inicia es auténtico camino de conversión, en el que se debe vivir intensamente el ayuno, la limosna y la oración. Como modelo a seguir, el Santo Padre presenta a San Pablo, en quien la gracia ha obrado por su adhesión libre y constante.
Al hablar luego de los medios para "ser vencedores en la lucha entre la carne y el espíritu", el Santo Padre recuerda que el Señor nos indica hoy tres medios útiles: "la oración, la limosna y el ayuno".
Al hablar luego de los medios para "ser vencedores en la lucha entre la carne y el espíritu", el Santo Padre recuerda que el Señor nos indica hoy tres medios útiles: "la oración, la limosna y el ayuno".
Que la Cuaresma, concluyó el Papa, "sellada por una frecuente escucha de esta Palabra, por una oración mas intensa, por un estilo de vida abstinente y penitencial, sea estímulo para la conversión y el amor sincero hacia los hermanos, especialmente a los más pobres y necesitados. Que nos acompañe el Apóstol Pablo, nos guíe María, la atenta Virgen a la escucha y humilde Sierva del Señor. Podremos así llegar, renovados en el espíritu, a celebrar con alegría la Pascua.
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